Antes de empezar a hablar de los inicios del autofinanciamiento en el mundo y sus ventajas, es importante definir qué es el autofinanciamiento inmobiliario.
El autofinanciamiento, hablando específicamente de la compra de bienes inmuebles, se refiere a un sistema de financiamiento para quien quiere comprar una propiedad poco a poco sin descapitalizarse y necesita flexibilidad en los requisitos.
En otras palabras, es un sistema de comercialización que consiste en integrar grupos de consumidores que, mensualmente, aportan una cuota para un fin común, en este caso, la compra de algún inmueble. Dichos recursos son administrados por una entidad financiera que, con base en reglas de operación, se asignan transparentemente a cada integrante.
Ahora sí, pasemos a la parte de la historia.
A finales del siglo XVIII, con la Revolución Industrial, se inició el éxodo de la gente a donde se desarrollaba la industria, trayendo como consecuencia la necesidad de nueva vivienda. De esta forma se crearon “clubes de construcción” que permitieron, con la colaboración de todos, construir casas de manera más rápida, barata y eficiente.
Después de la Segunda Guerra Mundial cobró auge como un sistema de compra a futuro o a largo plazo.
En Alemania, debido al clima hostil que prevalecía, surgió la necesidad de adquirir sistemas de calefacción. De ahí emergió la idea de integrar grupos de personas con la capacidad de realizar pagos mensuales para la adquisición del calefactor a futuro.
En los años 50s, en Brasil, los sindicatos dieron vida a los “fondos mutuos” con el objetivo de adquirir automóviles con el esfuerzo unido de todos los trabajadores.
Con aportaciones mensuales, se iban adquiriendo automóviles para todos los miembros del grupo. Así, esta forma de “Autofinanciamiento”, se extendió por toda Sudamérica tomando nombres como: Consorcio, Fondos Mutuos o Ahorro Previo.
En México nació a principios de la década de los 70’s gracias a Don Benito Albarrán, en Guadalajara. Quien, con la asesoría de especialistas brasileños, formó el “Consorcio Albarrán”, para la adquisición a largo plazo de automóviles Volkswagen.
Al inicio, el mecanismo resultaba ventajoso sólo a los primeros miembros del grupo, no así a los últimos, que eran víctimas de la inflación y adquirían una deuda mayor que el valor del bien recibido.
En consecuencia, apareció un nuevo esquema que se basaba en la utilización de un porcentaje compensatorio, que permitía congelar la mensualidad al darse la adjudicación, minimizando así el efecto de la inflación.
Luego de un largo periodo de obstáculos y desconfianza infundada de la sociedad y el gobierno, el “Autofinanciamiento Automotriz” logró consolidarse, y para fines de 1994, más del 30% de los automóviles vendidos en el país se habían adquirido mediante este mecanismo.
La búsqueda de una regulación, con la participación conjunta de autoridades y empresarios, logró que en este año finalmente se publicara, en el Diario Oficial de la Federación, la actual legislación que rige a los Sistemas de Autofinanciamiento.
Esta permitió la constitución y operación de nuevas empresas y el resurgimiento, con un gran éxito, del Autofinanciamiento Inmobiliario. En 2006 se realizó la última actualización al reglamento.
Esto permitió que, en la actualidad, las entidades que ofrecen autofinanciamiento operaran con mayor transparencia, con reglas claras, reguladas por la autoridad y condiciones justas para todos los usuarios.
Ahora que ya tienes todo el contexto de este financiamiento, veamos algunos de sus beneficios:
En México, el autofinanciamiento para la compra de bienes inmobiliarios ha pasado de ser un proceso poco convencional y para pocas personas, a uno más inclusivo y sencillo, impulsado por la innovación tecnológica y adaptado al contexto actual, donde más del 63% de la población económicamente activa no califica para un crédito tradicional como lo son: comerciantes, vendedores independientes, personas con ingresos mixtos, transportistas, entre otros, pueden acceder a un financiamiento inmobiliario.
Existen varias empresas que otorgan este tipo de financiamiento para la compra de bienes inmuebles, pero es importante que, cuando estés valorando tus opciones, te asegures que sea una entidad debidamente regulada y supervisada por las autoridades antes de contratar.
Las entidades que regulan a las empresas de Autofinanciamiento Inmobiliario en México son la PROFECO y la Secretaría de Economía.
El autofinanciamiento inmobiliario ha sido, y sigue siendo, una herramienta muy útil para muchas personas a lo largo de la historia. Desde sus orígenes hasta la modernidad, ha permitido a familias cumplir el sueño de comprar una propiedad.
Como te comentamos anteriormente, en México existen varias empresas que ofrecen este tipo de financiamiento. En ION encontrarás opciones con planes a la medida desde $7,725 mensuales donde podrás estrenar casa, departamento, terreno, local comercial u oficina en cualquier parte de la República Mexicana, con los requisitos más flexibles. Lo único que necesitas hacer es programar una asesoría personalizada llamando al 800 46 10 300 o dando clic aquí.